La piel ha sido desde siempre el material más controvertido en la moda. Mientras que algunos ven el uso de pieles animales como la encarnación de la crueldad, otros lo consideran el material más elegante del mundo.
Lo cierto es que la piel animal siempre ha desempeñado un papel importante en la historia humana; siendo el primer material que proporcionó a los humanos calor y protección contra la dureza de la naturaleza, y en el antiguo Egipto era un símbolo de estatus y riqueza. De hecho, los reyes y reinas europeos aprobaron leyes para reservar el derecho a usar pieles preciosas solo para la nobleza, por lo que las pieles acabaron convirtiéndose en un símbolo de estatus más que en un medio de protección.
Más tarde, y sobre todo con el auge de las estrellas de Hollywood y las mujeres objeto a principios del siglo XX, el uso de pieles se convirtió finalmente en un símbolo de extravagancia y riqueza; y esto no comenzó a cambiar hasta la década de los 70 cuando empezaron a aumentar las protestas contra el abuso de animales y la crueldad en la producción de pieles. Estas protestas alcanzaron su punto álgido en los años 90, cuando conocidas súper modelos como Naomi Campbell posaron desnudas para la revista de PETA con el lema: “Prefiero ir desnuda antes que usar pieles”. Pero lo cierto es que tanto Naomi Campbell como otras muchas estrellas no tardaron en olvidarse de lo dicho, y muy pronto volvieron a usar y posar con pieles.
En general, casi podríamos decir que el mundo se olvidó de la existencia de las pieles desde finales de los 90, lo que disminuyó los movimientos de protesta y le dio tiempo a la industria peletera para recuperarse del golpe que había sufrido anteriormente.
Finalmente en 2010 se pudo observar un renacimiento de la piel en la moda, y en 2015 la piel protagonizó más del 70% de los desfiles de moda sobre todo en Milán, Nueva York y Londres a la vez que reconocidos naturistas como el argentino Claudio Bertonatti afirmaba: “el veganismo no ocasiona muertes directas, pero lo que los veganos comen (y muchos no saben), implica una serie de procesos en los cultivos en donde los animales terminan igualmente afectados de diferentes maneras.” El debate está servido.
Hoy en día pocos meses después del inicio del 2018, el tema del veganismo está creando otra vez un gran impacto con respecto al uso de las pieles y la protección de animales. Lo cierto es que muchas firmas están virando hacia ese lado: pongamos como ejemplo a una de las diseñadoras de moda precursoras de la era moderna en este tema Stella McCartney, que desde la fundación de su firma en 2001 no emplea tejido alguno de procedencia animal y ha hecho furor con sus zapatos y complementos fabricados con piel de piña. O el reciente anuncio de la casa de alta costura Versace: “usar pieles “No es moderno”, ya que dejará de usar pieles animales en sus diseños, uniéndose de esta manera a Gucci, Michael Kors, Calvin Klein, Armani, Ralph Lauren, Tommy Hilfiger o Jimmy Choo entre otros, que también han renunciado a este material.
De cara a las marcas de moda, este cambio de paradigma puede traducirse en algo tremendamente positivo si saben aprovecharlo y si tenemos en cuenta hasta qué punto los Millennials valoran el compromiso social de sus empresas favoritas. Tal y como corroboró la consultoría Deloitte a Vogue.es, “la generación Millenial es sin duda la más ética hasta la fecha, y la moda siempre ha tratado de tendencias y emociones; de anticipar los deseos del consumidor”.
Entonces, ¿si conseguimos que el consumidor se sienta identificado con los valores de una marca -porque en realidad son los suyos-, y tenemos en cuenta las nuevas tendencias y los constantes cambios de la sociedad, conseguiremos ofrecerle exactamente lo que quiere aunque él aún no sepa que lo necesita?. Piénsalo. Puede que ahí esté la clave del éxito.